En lo que va
de temporada, debo de ser el tío mas felicitado y laureado por parte de mis
paisanos sin haber ganado nada. Todo porque desde que me enteré de que Marcelo
Bielsa iba a ser el futuro entrenador nuestro, le apoyé a muerte.
Los primeros
partidos no estuvimos a la altura que todos esperaban y los partidarios de que
siguiera Caparros, salieron al ataque. Por un lado era normal, habían sido
cuatro años con el de Utrera, (Al cual estaré eternamente agradecido) y no iba
a ser fácil que Bielsa le hiciera olvidar.
Aquel
partido contra la Real, en el que veníamos necesitados de una victoria urgente,
iba a ser vital. Recuerdo que le vi solo en casa y que lo pasé muy mal, sabía
que si perdíamos, le iban a llover palos por todos lados al bueno de Marcelo, así
que cuando el árbitro pitó el final, una sensación de quitarme un gran peso de
encima me recorrió todo el cuerpo, tenía ganas de llorar, pero no lloré, me venía
la imagen a la cabeza después del partido, ver a los jugadores abrazados en
mitad del campo, como si ellos también se hubieran quitado el mismo peso de
encima que yo.
Salí a la
calle y tenía ganas de saltar, de correr, de chillar, pero no lo hice, seguí
callado, esperando con impaciencia a que llegara el siguiente partido, estaba
ansioso por volver a ver este equipo en el cual había puesto tantas ilusiones y
que a día de hoy, sigo manteniendo.
Los amigos
que me veían por lo calle me picaban un poco, unos me decían que nos íbamos a
acordar de Caparros, otros que a quien habíamos fichado, otros (los menos y a
la vez mas ignorantes) que íbamos a pelear por el descenso, también había alguno
que me apoyaba en mi fervor por Marcelo, me daban ánimos diciendo que ya se veía
jugar mejor al equipo, que con un poco de paciencia, llegaríamos lejos y que podríamos
hacer algo bonito.
El día que
se confirmó aquello, fue el día del partido contra el Barsa, el día siguiente,
amigos Madridistas y amigos Culés, me felicitaban al unísono, todos extrañados
al ver lo bien que había jugado el Athletic aquel día, aquello empezaba a
carburar, pero seguíamos sin haber hecho nada. Yo seguía con ganas de correr,
de chillar, de saltar, pero sin embargo me estuve quieto.
Jugamos la
semifinal de copa contra el Mirandés, equipo que todo el mundo quería que
ganara, lógico por otra parte, (recuerdo aquel Numancia que nos hizo aquel año
ser un poco Numantinos a todos); pues también les ganamos y encima el partido
de vuelta jugando bien, como todos los seguidores de Bielsa esperábamos, ni un ápice
de confianza, ni contra el Barsa, ni contra un segunda B y nos plantamos en la
final de copa, yo tenía ganas de saltar, de chillar, de correr, de ir puerta
por puerta llamando a mis vecinos para decirles que estábamos en la final y sin
embargo, yo, no hice nada y me estuve quieto, no habíamos hecho nada.
Llega la
convocatoria de la selección española y Vicente del Bosque, se lleva a medio
Athletic concentrado, hacia tanto tiempo que no veía a ningún jugador del
Athletic jugando con la selección, que no me merecía la pena ver los partidos
de España, porque no me vayan a decir los seguidores del Barsa y del Madrid,
que ellos ven a la selección porque es España, que no vaya ningún jugador suyo
y veras los que ven los partidos esos. Los ven porque juegan jugadores de sus
equipos entre otras cosas. Yo, cuando debutó Muniain, tenía ganas de correr, de
saltar, de dar voces y sin embargo, me estuve quieto en mi sillón, disfrutando
del momento.
Ahora me chirrían
los oídos cada vez que escucho que somos el equipo de moda, por un lado es
bueno que se nos nombre, pero por otro lado, empiezan los de siempre a
desestabilizar el equipo, inventándose fichajes por parte de los dos equipos
que todos sabemos, que si uno quiere a Llorente, otro a Javitxu, el otro a
Muniain, en fin, los nombres de todo el equipo titular y en eso, no me entran
ganas de saltar, ni de correr, ni de chillar, lo único que me apetece es leer
las entrevistas a nuestros jugadores, ver que ellos no han perdido el norte por
los triunfos, por haber llegado a la final de copa e incluso, por jugar esta
noche en el “Teatro de los sueños”, su discurso siempre es el mismo, el que yo daría
si tu, periodista oportunista, me vinieras a entrevistar. A la pregunta de si
estas en un sueño, o de si te gustaría jugar algún día en un equipo grande, las
repuestas serian estas:
“En un sueño
estoy cada vez que voy a entrenar a Lezama y cada quince días juego en San
Mames”
“En un
equipo grande estoy jugando ya, no hay otro equipo más grande en el que poder
jugar”
Y yo, al
leer estas respuestas o al escucharlas, me dan ganas de saltar, de chillar y de
dar voces y lo único que hago es coger a mis hijos, e inculcarlos los mismos
valores que mi padre me inculcó a mí, de enseñarles que no hace falta ganarlo
todo ni estar todos los días en la televisión, para estar orgullosos de un
equipo. Que no hacen falta traer jugadores de la China, cuando en cualquier
colegio de cualquier pueblo, los hay mejores. Que en sus respectivos torneos de
barrio o de colegios, lo importante es participar, que el ganar no lo es todo y
sobre todo los enseño a caminar sin perder el norte, como espero que sigamos
todos cuando lleguen de nuevo las victorias, como tantas vinieron hace
demasiados años y también supimos celebrarlas.
AUPA
ATHLETIC!!!!!!!!!!!!!!!
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